ISAIAS BARAJAS “CHUPAPEPAS”
Hombre sencillo, sin aspavientos de ninguna clase, dedicado humildemente al cumplimiento de su deber como profesor de álgebra. Era flaco, de nariz más bien amplia, boca un poco chupada y de pelo cuidado, peinado un poco hacia adelante en forma de chipolo.
Nunca alzaba la voz y a nadie regañaba pero inspiraba respeto y sus clases transcurrían sin contratiempos.
Nos enseñó muy bien el álgebra vendiéndola como un simple tránsito de los números a las letras para hacer un uso más amplio de las funciones matemáticas.
Sabía combinar bien lo teórico con lo práctico y nos obligaba a hacer ejercicios de aplicación de cualquiera de las fórmulas que enseñara.
Se contagió de tuberculosis y estuvo ausente del Colegio por un largo tiempo. Cuando se curó de este flagelo regresó a la cátedra, no sin antes comunicarnos la razón de su ausencia y ofrecernos la seguridad de que no ofrecía ningún riesgo para nuestra salud
Este acto de gran honradez de un hombre bueno, perdura entre mis santanderinos recuerdos.
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