jueves, 17 de octubre de 2013

José Manuel Santos López "Pipo" profesor de Inglés. Lo recuerda Victor Gabriel

JOSE MANUEL SANTOS LOPEZ “CABEZA DE PIPO”

Era “Pipo” un personaje de estatura media, delgado , de cabeza alargada con unos pocos pelos siempre bien arreglados ,que a todas horas parecía estar  de carrera ,para   entre otros asuntos, mantenerse al día con respecto a todas las minucias del Colegio y después transmitirlas

Era padre de una numerosa prole y resultaba evidente que su sueldo de profesor escasamente le alcanzaba para llegar al fin de mes. Por esta razón tenía la costumbre de  transitar de su casa al colegio siempre a pie ,caminando a pasos largos sobre zapatos de suela reforzada con caucho de llantas, los más duraderos. Sus vestidos aunque pulcros tenían las huellas de muchos años de uso.

Dictaba más que todo clases de inglés, y si bien como autodidacta en la materia nunca alcanzó mucho pulimento en asuntos de pronunciación o de gramática y por esta razón no nos pudo enseñar un buen idioma, nos dejó con la ayuda de los textos que seguíamos, un buen conocimiento de los edificios y lugares más sobresalientes de los Estados Unidos. Mucho lo recordé cuando por primera vez visité el Empire State Building en Nueva York, pues este edificio había sido objeto de una prolija descripción en nuestros estudios. Agregaba a esas prácticas de lectura  una muy especial , que consistía en obligarnos a aprender montones de refranes y proverbios españoles que había traducido con su deficiente y macarrónico inglés.

Una vez que nos tenía hartos con el tema de los refranes resolvimos vengarnos y el mecanismo que escogimos para  hacerlo, fue quitar los goznes a los dos lados del tablero, que así  quedaba precariamente sostenido por lo parales, seguros de que al inclinarlo para empezar a escribir  iba a caer sobre sus pies. .Y así sucedió con la buena fortuna para todos de que este  no le cayó encima y de que no hubo lugar a sanciones porque Pipo nunca llegó a sospechar que le habíamos armado esa trampa.

No cabe duda de que la juventud es a veces irresponsable y cruel.

Hasta hace algunos años,  ya jubilado, se mantenía activo visitando a todos sus colegas del Colegio para continuar transmitiendo esas minucias a las que era tan aficionado y servir de enlace entre ellos.

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