jueves, 31 de octubre de 2013

Don José Domingo Reyes "Ventarrón", por Victor G.

JOSE DOMINGO REYES “VENTARRON”

Era Don Chepe un personaje festivo y medio fanfarrón que siempre creía que el mundo giraba a su alrededor y que el resto de la gente eran satélites suyos, Era más bien alto, de amplia cintura y de fácil palabra. Sus clases de Geografía eran divertidas pues mezclaba sus buenos conocimientos en la materia con los frutos una buena imaginación, lo que a veces hacía difícil distinguir entre la realidad y sus inventos.

Fue Don Chepe un crítico severo de todo lo que ocurría en el Colegio, en la Ciudad, en el Departamento o en el País pero sin aportar una solución a los problemas que señalaba, lo que constituía un elemento poco constructivo de su personalidad.

Dominaba su auditorio haciendo frecuente uso del sarcasmo. En esto era un artista.

Andaba de carrera combinando pasos largos con pasos  cortos , una peculiar manera de caminar. Creo que de ahí derivó su apodo de “Ventarrón”

El profe Jesús "Chucho" Castellanos. Por Victor G.

JESUS “CHUCHO” CASTELLANOS

Era Don Chucho un personaje simpático, dicharachero, de buen genio y con buena habilidad para la enseñanza de la Aritmética.

Sabía ganarse la buena voluntad de todos y nunca apelaba a amenazas o a castigos para mantener el orden y la disciplina en sus clases.

Siempre anduvo con corbatín. Tenía una voz medio carrasposa que no le ayudaba para cantar pero si para contar chistes. Era aficionado a la música santandereana y ejecutaba  bien tanto el tiple como la guitarra. De ahí también su afición a la bohemia

Un personaje que dejo una buen estela y con quien aprendimos con gusto.

Don Erasmo Hernández, "Champolión", de Victor G.

                         ERASMO HERNANDEZ “CHAMPOLION”

Era Don Erasmo un personaje bajito,  cabezón, de pelo un poco ensortijado, ojos verdes y mirada penetrante.

Exponía bien, era muy ordenado en sus clases de Humanidades, exigía mucha atención y no toleraba indisciplinas. Los que incurrían en su iras terminaban fuera de la clase, visitando al prefecto de disciplina y asistiendo a estudios forzados los Domingos.

Como buen pequeñín andaba siempre muy erguido y era de pasos rápidos.

Un  profesor de esos que con su ejemplo y exigencias contribuyen a formar el carácter de la gente joven.

Prof. don Abdías Gómez Arenas, contribución de Victor G.

                                      ABDIAS GOMEZ ARENAS

Hombre serio y un profesional de estatura. Era un buen comunicador y nos enseñó con gusto y a profundidad los principios de la Contabilidad.

Era de estatura mediana, más bien robusto, disciplinado y ordenado y de una buena apariencia

Se ceñía a lo suyo en sus clases y nunca se desviaba de sus temas. Exigía de nosotros la misma disciplina. En cuanto enseñaba un tema inmediatamente nos obligaba a ponerlo en práctica.

El “Buenos días” Don Abdías entre respetuoso y jocoso era de rigor cuando llegaba a clase.

Un buen profesor que nos es enseñó algo fundamental en la vida .

jueves, 17 de octubre de 2013

José Manuel Santos López "Pipo" profesor de Inglés. Lo recuerda Victor Gabriel

JOSE MANUEL SANTOS LOPEZ “CABEZA DE PIPO”

Era “Pipo” un personaje de estatura media, delgado , de cabeza alargada con unos pocos pelos siempre bien arreglados ,que a todas horas parecía estar  de carrera ,para   entre otros asuntos, mantenerse al día con respecto a todas las minucias del Colegio y después transmitirlas

Era padre de una numerosa prole y resultaba evidente que su sueldo de profesor escasamente le alcanzaba para llegar al fin de mes. Por esta razón tenía la costumbre de  transitar de su casa al colegio siempre a pie ,caminando a pasos largos sobre zapatos de suela reforzada con caucho de llantas, los más duraderos. Sus vestidos aunque pulcros tenían las huellas de muchos años de uso.

Dictaba más que todo clases de inglés, y si bien como autodidacta en la materia nunca alcanzó mucho pulimento en asuntos de pronunciación o de gramática y por esta razón no nos pudo enseñar un buen idioma, nos dejó con la ayuda de los textos que seguíamos, un buen conocimiento de los edificios y lugares más sobresalientes de los Estados Unidos. Mucho lo recordé cuando por primera vez visité el Empire State Building en Nueva York, pues este edificio había sido objeto de una prolija descripción en nuestros estudios. Agregaba a esas prácticas de lectura  una muy especial , que consistía en obligarnos a aprender montones de refranes y proverbios españoles que había traducido con su deficiente y macarrónico inglés.

Una vez que nos tenía hartos con el tema de los refranes resolvimos vengarnos y el mecanismo que escogimos para  hacerlo, fue quitar los goznes a los dos lados del tablero, que así  quedaba precariamente sostenido por lo parales, seguros de que al inclinarlo para empezar a escribir  iba a caer sobre sus pies. .Y así sucedió con la buena fortuna para todos de que este  no le cayó encima y de que no hubo lugar a sanciones porque Pipo nunca llegó a sospechar que le habíamos armado esa trampa.

No cabe duda de que la juventud es a veces irresponsable y cruel.

Hasta hace algunos años,  ya jubilado, se mantenía activo visitando a todos sus colegas del Colegio para continuar transmitiendo esas minucias a las que era tan aficionado y servir de enlace entre ellos.

Victor Osorio Gallego, profesor de Literatura. Nos lo recuerda Victor Gabriel

VICTOR OSORIO GALLEGO ,”EL OPITA”

Uno de los profesores que mas huella dejó en todos nosotros. Era un hombre de mediana estatura,mirar franco y prominente cintura. Tenía una voz profunda que llenaba todos los ámbitos y hacia imposible no escucharlo. Hizo estudios de derecho o de humanidades en Bogotá pero no pudo completarlos y por esta razón terminó   regresando   a su tierra natal para dedicarse a la enseñanza.

Su paso por la capital,sus estudios y su aficiones a la literatura y  a la música, hicieron de Don Víctor un hombre culto y erudito que disfrutaba transmitiendo sus conocimientos a las nuevas generaciones.

Tenía el don de la palabra y cuando hablaba de un autor o de una época literaria lo hacia con profundidad,con erudición y con  una devoción que lograba comunicarnos
a quienes entusiasmados le escuchábamos.

Fomentó entre nosotros el amor por la literatura, por la tradición y por la buena música y nos impulsó a incursionar en  todas las bibliotecas que estuvieran a nuestro alcance.

Recuerdo con cariño una anécdota de su paso por Bogotá,cuando careciendo de recursos se las ingeniaba para asistir desde el palco mas barato,el  de gallinero mejor dicho,  a las presentaciones de Opera o de Conciertos que tenían lugar en el Teatro Colón ,que el describía con gran detalle y pasión.

Era un hombre integro que ,cuando lo estaba entrevistando el Padre Luna Gómez como aspirante a una plaza de Profesor de Literatura que el Colegio ofrecía,le comunicó de entrada que el era liberal y que si ello podía dar lugar a persecuciones políticas,no tenia ningún interés en cambiar de trabajo.Y ello,unido a su buen curriculum y trato ,debió de impresionar a Luna Gómez ,quien a pesar de ser conservador y muy apasionado en materia política, procedió a contratarlo.

Todos debemos estar muy agradecidos con Luna Gómez por  haber  llevado al Colegio,allá por el año 52 a este gran profesor y formador de juventudes

Nuestro profesor de Álgebra, Isaías Barajas. Lo recuerda muy bien Victor Gabriel

ISAIAS BARAJAS “CHUPAPEPAS”


Hombre sencillo, sin aspavientos de ninguna clase,  dedicado humildemente al cumplimiento de su deber como profesor de álgebra. Era flaco, de nariz más bien amplia, boca un poco chupada y de pelo cuidado, peinado un poco hacia adelante en forma de chipolo.

Nunca alzaba la voz y a nadie regañaba pero inspiraba respeto y sus clases transcurrían sin contratiempos.

Nos enseñó muy bien el álgebra vendiéndola como un simple tránsito de los números a las letras para hacer un uso más amplio  de las funciones matemáticas.

Sabía combinar bien lo teórico con lo práctico  y nos obligaba a hacer ejercicios de aplicación de cualquiera de las fórmulas que enseñara.

Se contagió de tuberculosis y estuvo ausente del Colegio por un largo tiempo. Cuando se curó de este flagelo regresó a la  cátedra, no sin antes comunicarnos la razón de su ausencia y ofrecernos la seguridad de que no ofrecía ningún riesgo para nuestra salud

Este acto de gran honradez de un  hombre bueno, perdura entre mis santanderinos recuerdos.

El Padre Ignacio Parra Fonrodona nos enseñó Filosofía. Contribución de Victor Gabriel

IGNACIO PARRA FONRODONA

Hasta cuando celebramos los cincuenta años en el 2005 se conservaba bien física y mentalmente. Esta fue la impresión que nos dejó cuando para la ocasión, ofició una misa en el patio central del antiguo Colegio, adonde llegó conduciendo un Volkswagen que lo  acompañaba desde nuestras épocas. Parecía que el tiempo no hubiera transcurrido desde cuando nos dictaba Filosofía.

Afabilidad en el trato, claridad en la expresión de sus pensamientos, bondad. espíritu cristiano, disposición para escuchar y buena oratoria era lo más sobresaliente de su humana condición.

Era  además un personaje de pensamiento profundo y equilibrado y de acertado buen juicio.

Tenía un íntimo conocimiento de la iglesia antigua, de los pensadores griegos y de todos los filósofos de la época cristiana y una gran habilidad para transmitir ideas y conceptos complejos en forma que estuvieran al alcance de todos nosotros.

Para hacer más amables sus clases las combinaba con múltiples anécdotas de la historia

Recuerdo que una vez con su ejemplo nos dio una lección de lo que significaba el cumplimiento del deber, pues encontrándonos en clase en un salón del segundo piso que daba al Parque del Centenario, fuimos testigos de  una balacera enfrente del Café Centenario ,en la que alguien cayó mal herido a la calle y  él entendiendo que lo importante  era ayudar al  moribundo, la suspendió  y a toda marcha se  dirigió hacia donde éste se encontraba para  reconfortarlo y asistirlo. Esa escena del Padre Parra inclinado en la calle  ofreciendo ayuda al herido  perdura aun en mi mente.

Fue el Padre Ignacio alguien que nos enseñó a pensar y es de justicia manifestar nuestro aprecio y agradecimiento por tan importante contribución a nuestras vidas.

Daniel Ramírez López, inolvidable profesor de Física. Otro escrito de Victor Gabriel

DANIEL RAMIREZ LOPEZ

Fué Don Daniel otro de los memorables profesores del Colegio. Tenía mucho sentido del humor,  era mentalmente muy ágil, de palabra fácil y casi siempre permanecía de muy buen genio. Era un hombre de estatura mediana, más bien robusto, de pelo con entradas y de mucha movilidad pues combinaba sus clases con actividades en la venta de seguros. Siempre se desplazaba en una bicicleta con un pequeño motor, algo que constituía una rareza en aquellos tiempos.

Era profesor de física y tenía el don de transmitir conocimientos científicos en forma que resultaba agradable para el auditorio. Organizaba con frecuencia laboratorios para poner en práctica sus enseñanzas y estos al igual que sus clases resultaban
interesantes y divertidos.

Insistía mucho en el uso consistente de las unidades en todo lo que a mediciones se refería para evitar así confusiones o resultados imprecisos. Recuerdo mucho una de sus cantaletas, en la que decía que si un problema se planteaba en unidades cegesimales su solución debía también expresarse  en tales unidades.

Cuando algún tema de los que abordaba nos resultaba difícil de entender hacía gala de extraordinaria paciencia para explicarlo de nuevo o para buscar planteamientos que estuvieran más al alcance de nuestro entendimiento.

Yo creo que ese amor por la física que él nos transmitió influyó en que muchos de nosotros optáramos por las disciplinas de la Ingeniería.

Fue  además un gran caballero y alguien que cumplió muy bien con esa obligación que todos tenemos de contribuir con nuestros aportes a mejorar el mundo en que vivimos. En resumen un gran hombre y un connotado formador de juventudes.

Miguel Roberto Sarmiento Peralta, el profesor que nos enseñó a admirar a Bolivar. Otra semblanza de Victor Gabriel

MIGUEL ROBERTO SARMIENTO PERALTA


Fue Don Miguel Roberto un distinguido historiador y educador, procedente de una familia culta que muchas contribuciones ha hecho a la educación y al progreso de Santander. Era ya mas bien entrado en años pero vigoroso para su edad. Tenía palabra fácil y era un apasionado de la historia, en particular en lo que se refería a su gran personaje, el  Libertador Simón Bolívar. Como era de esperarse fue nuestro profesor de Cátedra Bolivariana una materia que servía para  familiarizarnos con    su pensamiento y sus hazañas guerreras y para que aprendiéramos a amarlo, respetarlo y  a rendirle culto, conceptos que reflejan la filosofía marcadamente conservadora que  rigió la educación en nuestros tiempos.

Durante muchos años  se desempeñó como Secretario de la Academia de Historia de Santander, adonde solía llevarnos, rigurosamente vestidos con el uniforme del  colegio de traje de dril blanco con corbata negra, para que asistiéramos a sesiones públicas y a sus disertaciones sobre temas de la historia..

Si bien nos comunicó un respeto por el Libertador y nos ayudó a conocerlo en forma amable y didáctica y a descubrir facetas muy interesantes de su personalidad, nosotros encontrábamos ese culto por el personaje exagerado y nos burlábamos del viejo.

Este fue el origen de una chanza que organizamos cuando durante el curso llegamos a los días que precedieron a su muerte y al evento mismo, momentos en los que la oratoria de Don Miguel Roberto alcanzó máximas de admiración y de culto  a las  que nos unimos, entre serios y burlones, reportando a clase con uniforme y corbata negra.

Y ni hablar de la que se armó, pues Don Miguel Roberto tomó esta ocurrencia  a grave ofensa y abandonó la clase no sin antes amenazarnos con la expulsión del Colegio y con una denuncia ante las autoridades por irrespeto a los personajes y a los símbolos de la patria.

Gracias a los buenos oficios del Vice Rector, Don Arturo Díaz Ballesteros,  las aguas volvieron  pronto a su cauce y nos libramos así de los sanciones a que Don Miguel Roberto quería someternos.

Arturo Díaz Ballesteros. Otro profe de nuestros tiempos. Lo recuerda Victor Gabriel

ARTURO DIAZ BALLESTEROS

Un personaje culto e intelectualmente inquieto. Su paso por la comunidad de los Hermanos Cristianos le dejó claras huellas que se manifestaban en su manera de caminar, su manera de mover los brazos y las manos cuando dictaba cátedra y el lenguaje que usaba, siempre culto pero un poco rebuscado.

Tenía buenas dotes de comunicador y de administrador y era en él en quien recaía el peso de mantener la disciplina tanto entre los profesores como dentro del alumnado Era severo pero también comprensivo y las sanciones que imponía eran razonadas y justas.

Tenía mucha afición por la Química y por las disciplinas relacionadas con ella .Por esta circunstancia fue nuestro profesor de la materia durante los últimos dos años de Colegio. Sabía explicar bien las complejidades de esta ciencia y nos animaba a profundizar en su conocimiento. Combinaba lo teórico con lo práctico y era frecuente que nos llevara al laboratorio para observar algunos de sus procesos fundamentales, tales como la oxidación, la combinación de ácidos con los metales y la producción de hidrógeno asociada o el uso de la fenolftaleina para detectar mediante sus cambios de color  la presencia o la ausencia de materiales de PH alcalino.

Imponía orden en sus clases y exigía que se le escuchara con atención. Y cuando esto último no sucedía tenía un recurso que nunca le fallaba, ”Papel y lápiz”, que no era otra cosa que someternos  de improviso a exámenes. Y así además de mantenernos preocupados por escucharlo nos obligaba también a estudiar.

Nos ayudó también a desarrollar técnicas para memorizar los elementos de la tabla periódica y para entender las complejidades de la química del carbón.

Sus amplios conocimientos  de las contribuciones de la química al desarrollo de la humanidad , siempre muy bien expuestos ,creaban un apetito por ellos  y contribuían a  un clima competitivo en el que todos nos esmerábamos por aprender y por comunicarlo.

Ese amor por las ciencias químicas que Don Arturo supo comunicarnos , influyó mucho en mi vinculación  a la Ingeniería Química.

Don Arturo fue, otro de esos grandes profesores y formadores de gentes de bien, que hizo aportes de significación a nuestro proceso educativo.

Ciro Santander Navas - Semblanzas de nuestros profes. Por Victor Gabriel Martínez

CIRO SANTANDER NAVAS “PUNTILLON”

Era Don Ciro un hombre alto, un poco desgarbado, de pelo con entradas, mas bien pasado de peso, con un bigote un poco a la mejicana que le caía por los lados de los labios y con una voz profunda que se escuchaba desde todas partes y que imponía orden. Era un  hombre de disciplinas intelectuales profundas , aficionado a la historia y a los clásicos, que eran de obligada lectura en voz alta, para que mejor los entendiéramos y para enseñarnos a hablar en público. En sus clases se trataban siempre temas muy diversos que nos incitaban a investigar en la biblioteca.

Como todo ser humano Don Ciro tenia algunas debilidades y ellas eran su apasionado conservatismo y su afición por el alcohol, que terminaron ambas por crearle una tumba en el Colegio. Veamos porque:

El día 13 de Junio de 1953, siendo Don Ciro Vice Rector del Colegio tuvo lugar la toma de poder de Rojas Pinilla quien depuso a Laureano Gómez.

El día siguiente, que era Domingo, teníamos la obligada asistencia a la misa del Colegio y cual no seria nuestra sorpresa , cuando apenas terminamos de hacer formación en el patio para después proceder a la Capilla se apareció el personaje en el balcón y con voz entre cortada lanzó una proclama  para protestar por el cambio  y para incitarnos a la revolución y a ofrecer resistencia  al nuevo gobierno aun a costa de nuestras vidas. Y este sainete hubiera podido  continuar por mucho tiempo más, de  no haber mediado la pronta intervención del Padre Jaimes , quien suave pero tenazmente fue capaz de desposeerlo del micrófono.

Esta lamentable salida en falso  se produjo como consecuencia de una bebeta de fin de semana en la que Don Ciro y sus amigotes lloraron el cambio y tomaron fuerzas para lanzarse a la revolución.

Y fue así como poco después, Don Ciro hubo de cesar de sus funciones en el Colegio y todos perdimos a un buen profesor.

martes, 8 de octubre de 2013

Se acuerdan del cura Martínez? Otra anécdota de Victor Gabriel-

EL CURA MARTINEZ

Es alguien que se recuerda con cariño pues era un hombre bondadoso, afable, positivo y de buen genio aunque no ausente de carácter E ra blanco, de estura media y de pelo lacio siempre peinado hacia la frente. Tenía una voz medio nasal de un tono aburridor que daba lugar a que a veces nos distrajéramos durante su clase, una de las tantas de religión que nos metieron por las narices. Cuando notaba que esto se estaba sucediendo nos reconvenía primero amablemente, pero si el asunto continuaba entraba en santa ira y nos amenazaba con medidas disciplinarias. Y para reforzar su amenaza  hacía fuertes movimientos de cabeza y de cabellos de atrás hacia adelante y nos comunicaba que  nos debíamos acordar de que él era bueno  pero no pendejo y que debajo de la sotana que usaba había también pantalones, que nos mostraba levantándosela.

Llegado a ese punto se restablecía el orden y la clase concluía en paz y en silencio.

domingo, 6 de octubre de 2013

Anécdotas Santanderinas: El Gordo Jaramillo - Contribución de Victor Gabriel Martínez Carreño

EL GORDO JARAMILLO

El “Gordo” Jaramillo le hacía gala a su apodo pues era bastante voluminoso, barrigón y de lento caminar. Era hijo del Dueño de la Pensión Jaramillo, situada en una de las
esquinas del Parque del Centenario y no cabe duda  de que servía para hacerle publicidad   a las bondades del establecimiento

Era alguien afable, de buena disposición hacia los demás, no carecía de cierto sentido del humor, poco irritable pero temible cuando se enfurecía y además un poco lento mentalmente lo que no le permitía sobresalir en los estudios. Nos acompañó por allá en el 51 y el 52 pero no pudo continuar por su bajo rendimiento académico. Era también bastante ingenuo y esa condición fue la aprovecharon sus compañeros para venderle  la idea, de que la práctica del onanismo amen de causarle todos los males que los curas anunciaban, daba también lugar a que le crecieran pelos en las palmas de la manos.

Y hasta ahí todo muy bien pero no se imaginan ustedes lo divertida que resultó la reacción del Gordo, pues de un momento a otro apareció continuamente con las manos entre los bolsillos sin que hubiera poder humano que lograra convencerlo de que se las sacara. Siempre buscaba excusas para seguir así y costo Dios y ayuda para que después de algunas semanas llegara a la conclusión de que, ese mal no se le había contagiado y que podía volver a exhibirlas.

Anécdotas Samtanderinas: "Cespeditos" - Contribución de Victor Gabriel Martínez Carreño

             LUIS ANTONIO CESPEDES “CESPEDITOS”

“Cespeditos”  fue pintor a plumilla y a lápiz y un bohemio que fracasado  en ambas aficiones, terminó metido de profesor de Dibujo en el Colegio. Siempre mantuvo una apariencia bohemia pues a más de usar el pelo largo,  nunca le faltó el corbatín y su cara nunca perdió ese  color rojizo que caracteriza a la de muchos bebedores y trasnochadores.

Era hombre de genio alegre, liviano y muy dado a esas pequeñas expresiones de humor que tanto alegran la vida de los adolescentes.

Siempre llegaba sonriente a clase y estimulaba que antes de empezarla, mientras firmaba el libro de control, le rodeáramos para soltarnos el último chisme sobre cualquier tema que se le ocurriera. Sin embargo esa buena disposición de ánimo se vio una vez turbada por una maldad de Jaime Ordoñez, ”El Pillo” quien mientras Don Luis inclinaba su cabeza para firmarlo. le empezó a soltar polvo de tiza que primero formó una nube y finalmente aterrizó en su ilustrada calva, mientras el resto de la clase entre expectante y divertida seguía la escena.

Y ni hablar de lo que sucedió después, pues el viejo  entró  en santa ira y trató a Jaime ni más ni menos que de heredo sifilítico y lo conminó a que trajera sus padres para ratificárselo enfrente de ellos.

Huelga decir que su proverbial buena disposición de ánimo le ayudó a recuperarse pronto de este disgusto ,a lo que también contribuyó Jaime quien  le solicitó que lo excusara de semejante ocurrencia.

Y todo terminó con un abrazo entre gentes de la familia, como solía suceder en esos tiempos

Anécdotas: Don Fernando de la Vega, rector en 1951 - Contribución de Victor Gabriel Martínez Carreño

DON FERNANDO DE LA VEGA

Fue Don Fernando ,“El Maestro”, de La Vega, un ilustre literato, poeta e historiador cartagenero que se estableció en Bucaramanga durante sus últimos años y quien como buen costeño combinaba su sabiduría con gran humor y no menor apetito.

Don Fernando sucedió en 1950 a Don Juan de Dios Arias como Rector del Colegio y allí permaneció hasta su muerte acaecida a fines de 1951 si mal no estoy.

Don Fernando como buen intelectual no participaba mucho en los asuntos del día a día del Colegio que los dejaba en manos del Vice Rector o de los Directores de Grupo. Por esa razon los  estudiantes no le veíamos mucho ni tampoco lo tratábamos pues el viejo permanecía siempre encerrado en sus despacho dedicado  a sus labores literarias. Había sin embargo una excepción  a este comportamiento y era el momento de su llegada al Colegio, cuando se dejaba rodear de toda una nube de vendedores de empanadas, de esos que siempre se encuentran en las entradas de cualquier Colegio, quienes pugnaran por venderle su mercancías a Don Fernando, muy aficionado a ellas

El resultado de lo anterior era que Don Fernando les hacia compras a todos e iba almacenándolas en los bolsillos exteriores de sus sacos de impecable lino, que terminaban abultadísimos como resultado de este ejercicio. Y así con su apariencia deformada por estos poco comunes adornos , se producía su acceso al Colegio y a la Oficina de la Rectoría en donde se encerraba para proceder a engullírselas.

A nosotros nos costaba trabajo entender que una persona de esa categoría intelectual tuviera gustos tan pedestres, pero después de su muerte nos enteramos de lo que le sucedía: era que por razones médicas al viejo de la Vega lo mantenían a severas dietas  y que su manera de guardar las apariencias en casa era darse esos empachos cuando estaba alejado del control de su mujer.

Descanse en paz Don Fernando, quien “Apetito nunca tuvo acabando de comer  ”las empanadas del Parque del Centenario”

Himno del Colegio de Santander (Autor: Gabriel Carreño) Contribución de Victor Gabriel Martínez Carreño

martes, 1 de octubre de 2013

Discurso Victor Gabriel, pag. 3/3

Segunda página Discurso Victor Gabriel

Primera página Discurso Victor Gabriel

Victor Gabriel Martínez buscó en el baul de los recuerdos y encontró el discurso que pronunció en el año de 1954 para saludar a los Bachilleres de ese año

Ahora que tu buena iniciativa nos ha puesto a buscar en el baul de los recuerdos ,me encontre con una copia del discurso que a nombre de sus compañeros de Colegio pronuncie al fin de curso de 1954 para despedir a los Bachilleres de esa promocion.
Aunque como es natural,el estilo usado,que tiene la huella de mi abuelo Gabriel el escritor y autor de la letra del Himno del Colegio,suena hoy un poco arcaico,hay algunas ideas que no han perdido vigencia  a pesar del paso del tiempo,como aquella que dice que""porque si Colombia necesita hombres de poderosa y bien disciplinada mentalidad,quiza necesita mas de hombres honrados"

Te adjunto este material para que si lo consideras adecuado, lo publiques en nuestro blog.

Recuerdo que tu pronunciaste en el 55 el discurso de los Bachilleres salientes y que esta fue una pieza de buena oratoria.Porque no lo publicas tambien.

Un abrazo