martes, 1 de marzo de 2022

Segunda parte de las Divagaciones poetico-filosoficas de nuestro compañero Antonio Aljuri Arciniegas

 Parte B

RECUERDOS, NOSTALGIA Y AÑORANZA

DIVAGACIONES

“Sentimos Nostalgia de las cosas que nos hicieron felices y ya no vuelven, son pasado”

 

 

No añoramos, ni sentimos nostalgia de los “malquerientes” que tuvimos del ayer, profundo y emotivo, que se pierden entre las brumas de épocas pasadas, que bien podrían ser los amigos del presente y, seguramente, del futuro, ¿quién lo sabe? El tiempo voló, los aires que corren ya son otros y no tienen el empuje de otros tiempos ni el filo que cortó profundamente en momentos de intensos sentimientos.

 

Los odios concentrados y los malos pensamientos del ayer, el rencor, la saña, la malquerencia, el encono o la antipatía, no resisten el paso del tiempo transcurrido y ceden al variar las coordenadas.

 

Hagamos un ensayo: pintemos en un lienzo, con los pinceles del presente, la representación del hoy  de cada uno de los sentimientos anotados; con seguridad la fealdad no será la que aparezca dibujada en cada uno de los cuadros ya pintados; seguramente no habrá recuerdos, se han borrado de la mente ; los odios y rencores y los otros sentimientos  perdieron efecto con el lente del hoy a las luces del pasado.

 

Otro contexto ha iluminado el raciocinio de una mente airada, para tomar mejores decisiones y estrecharle la mano a quien antes se hirió de pensamiento, palabra u obra, en épocas de rayos y centellas que, a lo mejor, llovían sin querer, pero hacían, daño. Eran épocas de juventud, de altivez y de impaciencia.

 

La espada esgrimida en otros años, puede ser la pluma que, en el hoy y en el mañana, escriba prosa poética y canciones y tonadas, alegres, sin temores, como el viejo trovador, el bardo, el vate, o el poeta renacido que recitaba poesía. Nos quedamos con la pluma que trasciende las fronteras, todo lo puede, es un poder universal.

 

Sonreír es una forma de vivir, de hacer amigos, en el otoño de la vida; la discusión no es una opción si tenemos convicción, fundamentos de razón y conocimiento de los temas que se ventilan en una reunión que entra en discusión con vientos de tormenta. La pluma y la sonrisa son cartas de triunfo en la baraja de la vida.

 

Sonriámosle a la vida en compañía de la amada, nunca ausente, a nuestro lado vigilante, protectora, amable, diligente, de los santos protegida; Dios la premie y la colme de alegrías, para siempre bendecida.

 

Las palabras afables, enmarcadas con sonrisas, abren puertas, traen resultados agradables, rostros risueños, alegres y contentos que siempre producirán los mejores resultados, los que unen y no dividen, para vivir en armonía.

 

Si hay consenso de fuertes argumentos que convencen, alegran los espíritus y calman las aguas que se insinúan peligrosas, ahora se aquietan, son aguas tranquilas, accesibles y se pueden vadear y llegar a la otra orilla, al otro lado y todos en paz, con alegría, sonriéndole a la vida.

 

Sin ver los fantasmas del pasado, que muy pronto se esfumaron, gracias a Dios, disfrutemos, entonces, del presente y bebamos el agua de la fuente que tenemos disponible, a nuestro alcance, y no de la acequia imaginaria que nos produce sed de un pasado que no vuelve, que no existe, que es una ilusión, o un desafío o una pesadilla en la enrevesada caminata de los sueños.

 

Si la Nostalgia nos recuerda bellos momentos y nos trae gratos recuerdos, caminemos, entonces, por la senda de los años transcurridos hacia el “pueblito viejo”, bajo la luz del cielo que un día nos vio nacer, pleno en la memoria, claro en la pupila, fuente de alegría, alimento espiritual en abundancia.

 

Nos envuelve la nostalgia de los viejos tiempos, de los pasos recorridos y los amigos que dejamos, amigos leales e inolvidables, amigos de siempre, de una sola cara, sin dobleces, que quedaron en el cedazo que agitamos y, por fortuna, aun presentes.

 

Hagamos exaltación de la Nostalgia, de las viejas canciones que destilaron torrentes sentimentales de otros días, cantemos melodías, música, baladas, y boleros de esos discos ya rayados por el paso del tiempo acumulado. Hagamos brindis de alegrías y evoquemos lindos momentos de la vida que ha pasado. ¡Recordar es vivir, volver a disfrutar lo ya vivido!

 

Ya es hora de parar en el ejercicio de esta prosa que calmó los ánimos de un alma inquieta y peregrina que no alcanzó la poesía, pues eran otros sus deseos y variados sus anhelos literarios.

 

Hasta luego, amigos míos, mis amigos de siempre, buenos amigos, leales y sinceros, que permanecen en mi mente y en el corazón de santanderino 55, muy contento y agradado de haber sido y seguir siendo su compañero de aventuras de otros tiempos.

 

Vendrán otras ideas, otras motivaciones, otra inspiración, para iniciar una nueva travesía y soñar y divagar sin límite en el tiempo.

 

ANTONIO ALJURI A

22-02-2022

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