lunes, 13 de diciembre de 2021

Poético mensaje de Antonio Aljuri a sus compañeros Santanderinos 55 en este final de año.

 SONRISAS DE OTOÑO

Las Huellas del Tiempo que ha pasado

Escalando la montaña de los años.

Santanderinos hasta el fin

……………

En nuestro deambular por senderos y parajes de la vida, trepando la montaña de los añosobservamos que el camino por el que ahora transitamos, en este peregrinar hacia el mañana, es largo, estrecho y azaroso; es un reto de inteligencia que debemos aceptar y afrontar con fortaleza, experiencia y decisiónsuperando las flaquezas de alma y cuerpoque se puedan presentar.

 

De pronto, al ascender, el aire se enrarece, se empobrece, es más friopero no es el hielo de la noche, es el aleteo del atardecer anochecido de una pesadilla que soñamos. Vuelve la calma, nos dormimos ya tranquilos, optimistas del futuro.

 

Despertamos con la luz de la mañana que sonriendo nos saluda y nos da vida, nos impulsa a comenzar las faenas con empuje y energía. Un nuevo día, un precioso amanecer sin mirarnos al espejo, sin hurgaren el pasado, contemplando el sol de hoy con entusiasmo renovado.

 

A estas alturas del tiempo que ha pasado, vemosmás de cerca la gran cumbre, la suprema montañaque, entre nubes, se insinúa y nos sonríe, nos acoge, nos dice que el portal del cielo nos será allanadocon el paso de los años que nos quedan. Serán muchos, serán pocos, Dios lo sabe. El deseo de vivir es manifiesto, nos impulsa a continuar caminando, sonriendo alegremente, superando los riesgos dediario acaecer.

 

Nos consuela saber que la ruta hacia la bóveda azul está trazada y que algún día, cuando el momentollegue libremente, las puertas se abrirán al que penetre en el zaguán de acceso que conduce aportón celestial imaginado, esperando ingresar en su morada.

 

Afortunadamente, tenemos fortaleza física y mental,hay vida, hay ilusión, hay alegría, transitamos por caminos aun distantes que se pierden en el horizonte florecido de ilusiones de un mañana que anhelamos.

 

Disfrutemos, entonces, del paisaje en el quetranscurren nuestros días, saludables, todavía,placenteros, de lecturas continuadas, que incrementen el acervo literario, enfrentandodesafíos cognitivos que aguzan la memoria, descifrando crucigramas y otros juegos de palabras, ejercicios de la mente, al alcance de la vista ya cansada, con cuidados conservada, consentida y bien tratada.   

 

Vivamos los días sin prisa, de manera consciente, amigable y felizmente, digiriendo los insumos del saber con entusiasmo, sin lamentos ni amarguras recordadas, aceptando, eso sí, el paso del tiempo que nos marca con las huellas profundas e imborrables que traducen la historia que, página tras página, hemos escrito a lo Largo del camino recorrido. 

 

Son pasajes de la vida sin retorno que podremosrecordar y leer y releer a voluntad, para degustar,con fruición, con gozo intenso, o lamentarfugazmente si, en ciertos momentos, muy contados,tomamos senderos diferentes, equivocados, sin horizonte alguno, frutos del destinoque dejaron los surcos, la estela, la traza, la huella del tiempo que nos marca para siempre

 

Sigamos orientados, encaminados, a disfrutar de unfuturo abrigado y saludable, alumbrado por el astro rey” y por otros soles terrenalesmuy cercanos, de la entraña sensitiva, que nos miran, nos observan y que, con amor y comprensión, nos favorecen, nos ayudan y protegen.

 

Continuemos caminando, atravesando senderos y paisajes de alegría, y propiciemos momentos prodigiosos, familiares y sociales, culturales, quedejen, también, profundas huellas de grata recordaciónque, paso a paso, nos llevarán, un día, al umbral celestial que esperamos ver de cerca, lejano aun, eso deseamos, y disfrutamos al saber que marchamos por el camino vigilado, afortunadobrillante y majestuoso del otoño iluminado.

 

Ordenemos nuestros actos ya pasados y escribamos los capítulos faltantes del libro de la vida, con buena letra y recursos Fraseológicos, con perfiles y palotes, nítida caligrafía, artística, con signos góticos, y aportando las buenas acciones, con empatía, en familia, en sociedad, con los amigos, leales y sinceros que nos quedan después de agitar el cedazo selectivo.

 

Nos sentimos, así lo ha sido, fortalecidos por el cariño de nuestros hijos, caluroso, generoso y abundante, como caudales encauzados, en torrentes sibilantes, torrentosos, que dan sentido a nuestras vidas y orientan y estimulan el transitar hacia un bienestar espiritual en cielo que anhelamos y que alcanzaremos, Dios mediante, cuando nuestrasobras y trabajos terrenales hayan sellado el destino al que aspiramos.   

 

Algún día, esperamos sea lejano, los caminantesde hoy seremos alpinistas” talentosos del mañana y ascenderemos, seguros y confiados, hasta la cresta magna y su cumbre iluminada de magnifico esplendor, meta soñada, codiciada, que cruzaremos finalmente.

 

Ya parados en la cima, veremos de cerca el entorno celestial y su portón de ingreso, distante aun, que se pierde entre la bruma de los tiempos más remotosaquellos que caerán, como hojas de calendario, al viento de los años por venir.

 

Para escalar muy alto en nuestras pretensiones del futuro, la vida largacálida y saludable que soñamos, nubes arriba, penetremos sin reparos en la psicología restaurativa, que procura recuperar virtudes, orgánicas y mentales que se han ido y que podemos retraer en la mente creativa, deseosa de vivir.

 

Hay esperanza, hay ilusión, nada se ha perdido, existen todavía, solo se han escondido; se necesita, entonces, de la luz brillante de un raciocinio detallado, preciso, cimentado, como un mapa de la vida funcional para encontrar la llave extraviada en el cuarto del olvido y llegar a los tesoros orgánicosy mentales guardados, archivados, para hacer los cambios proyectados, que darán vida psicoactiva a los años por venir.

 

Por fortuna, renovados, con ajustes efectuados“mentales más que todo”, el legado que dejaremos, exaltando a nuestros padres amorosos e hijos adorados y los viejos amigos de mi infancia y mocedad, compañeros inolvidables de mi vida, de corazón aun adolescente, Santanderinos55, todos ellos, será un libro abierto al arbitrio del destino.

 

Vivamos con deleite, disfrutando de los dones del presente y…     ¡soñemos nuevamente!

 

¡Que horizonte más hermoso y fascinante! Al cielo iremos con el sol de medio día; no habrá nada que lo oculte. ¡Allí estaremos, en familia, orgullosos y piadosos! ¡sonrientes llegaremos! 

 

ANTONIO ALJURI

Tanus-Diciembre 2021

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