ISMAEL MEJIA CALDERON
Fue el Padre Mejía un
hombre afable, de mirada inquisitiva a veces oculta entre el humo de unos
cigarrillos que incansablemente fumaba con pitillera y una apariencia juvenil que se veía fortalecida
por el color de su piel, de un rojizo sano.
Dictaba clases de
religión y era también Capellán Auxiliar en el Colegio
Quería estar siempre
al tanto de la vida y milagros de todo el mundo. Vivía muy preocupado por
nuestros conocimientos en materia sexual y las prácticas asociadas a ellos.
Fue un personaje de controversia pues con mucha
frecuencia estaba en el polo opuesto de lo que proclamaban sus compañeros en la
Diócesis de Bucaramanga o sus colegas en el Colegio. Se le juzgaba como un cura
de izquierda.
Tenía una gran
sensibilidad social que se tradujo en numerosas obras de esa índole. Dentro de
estas vale la pena destacar sus
“Escuelas de Jesús Obrero” destinadas a proporcionar conocimientos básicos a
gente pobre y trabajadora que no había tenido la oportunidad de recibir
educación. Esas escuelas funcionaban por las noches en distintos sitios de la
ciudad y a ellas nos vinculamos como profesores con algunos de mis compañeros.
Si agregamos a todo lo
anterior una bondad combinada con mucho
carácter, una visión poco convencional del mundo , un gran espíritu de lucha ,mucho trabajo y esfuerzo ,buena
habilidad para la cátedra y también para comunicar desde el púlpito, tenemos
como resultado a un gran personaje difícil de olvidar, que dejó huellas
positivas en todos nosotros.
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