RUPERTO QUINTERO GOMEZ
“BADEA”
Fue Don Ruperto un
personaje alto, rollizo, de cara grande y alargada y de paso firme.
No era de muchas ni de
grandes ideas, pero las pocas que tenía
las repetía hasta el cansancio.
Fue Capellán del Colegio y nuestro profesor de Apologética,
una materia que se limitó a enseñarnos siguiendo al pie de la letra el libro de
texto, por lo que nunca despertó nuestro interés.
Sus sermones eran
largos y repletos de lugares comunes. Recuerdo uno sobre el carácter porque
varias veces durante el año lo pronunciaba sin grandes variaciones.
Solía terminarlos con
una expresión, “patria, paz, paraíso que es lo que a todos vosotros de todo corazón os deseo”, que casi a coro
repetíamos.
Creo que murió víctima
de una terrible diabetes que dio lugar a una amputación de sus piernas y a
muchos otros dolores que sufrió con cristiana resignación fiel a sus principios
religiosos. Con ello dio un buen ejemplo
a todos.
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