JOSE REYES RODRIGUEZ
“EL ZONZITO”
Había sido religioso
pero no recuerdo a que orden había pertenecido
Un respetable señor de
edad más bien avanzada que se traducía en las arrugas de su cara. Era de paso
lento, mirada escéptica, voz baja cuyo tono no cambiaba durante la clase. Era
imperturbable. Ninguna diablura era capaz de sacarlo de quicio.
Conocía bien su
materia, la Preceptiva Literaria; exponía bien pero no generaba ningún
entusiasmo. Hubiera podido enseñarnos a escribir mejor pero no supo despertar
nuestro interés.
Una vez que los
miembros de Corea, ese famoso Tercero D, que ponía al cura Luna Gómez a
inyectarse necrotón para recuperar un
hígado al que afectaban los desafueros que cometían, le ocultaron una culebra
cazadora dentro del libro de control de clases, simplemente lo ignoró e inició
su clase como de costumbre.
No les dio el gusto de
inmutarse a aquellos que tanto gozaban haciendo esta clase de maldades.
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