miércoles, 23 de noviembre de 2022

Nuevo escrito de reflexiones y analisis filosoficos de las diversas etapas que atravesamos en nuestra vida. Por Antonio Aljuri Arciniegas.

LA CARGA DEL CALENDARIO EL COLORIDO DE LOS AÑOS Un Propósito: El Otoño sostenido Follaje Rojo intenso con Ocre entreverado. A estas alturas de la cuesta de los años, aparecen en nuestras vidas, y se notan y se sienten, los achaques, los quebrantos y los males, consecuencias del estilo de vida practicado, de diversos colores y sabores y combinaciones, factores más o menos visibles, que se pueden alterar, en cierto modo, con recursos externos de ciencia y tecnología. Nosotros somos como el follaje de los árboles que cambia, acentúa o empalidece, los colores al tenor del tiempo que han estado en pie, hojas al viento, expuestos a las condiciones climáticas y características de la tierra que los nutre. Si, metafóricamente hablando, lucimos colores en el cuerpo y en el alma. Alcanzamos la madurez plena en el Otoño de nuestras vidas, cuando orgánicamente mostramos signos y síntomas que caracterizan la senescencia y se pierde funcionalidad, eficiencia fisiológica y cognitiva y, además, fuerza corporal, con efectos resultantes irreversibles, aunque sensibles a cuidados paliativos. Hoy en la cuesta del otoño, mostramos un colorido rojo intenso con ocre entreverado que nos luce y nos agrada, así la carga pese y el caminar se dificulte. Hemos avanzado bastante en el camino de la vida, sorteado abismos peligrosos y riscos empinados y aunque el caminar, ahora, es pesado, más lento, más cargado por la cosecha de los frutos madurados, seguimos caminando, disfrutando del paisaje. Ya vemos a lo lejos, en un recodo del camino, una esquina que habremos de cruzar, ya no algún día, será en un atardecer del otoño iluminado rojo intenso, anaranjado, al que no podrá faltarle luz para prolongar el recorrido. Aun nos abriga la esperanza de un sol que alumbre más temprano y aclare, madrugando, para renovar las energías y calentar el alma de alegría. No caminemos encorvados, que la luz del astro rey nos dé de frente, erguidos y confiados en la bondad del nuevo día que esperamos alargar para alcanzar a realizar los trabajos, los deseos, las acciones que nos queden, sin posponer más aquello que anhelamos! No dejemos para mañana lo que todavía podemos lograr hoy. No debemos esperar a que florezca la fragilidad, apoyémonos bien, no nos expongamos al albur de las incógnitas y sigamos la marcha hacia adelante, a paso irme, no miremos para atrás, avancemos simplemente. Tomemos las riendas de la funcionalidad sistémica que nos impulsa a tejer la trama del mañana, lleno de incertidumbre, retos e ilusiones, que debemos enfrentar en cada amanecer, en cada aurora que despunte con el día. Vivamos el Hoy, no procrastinemos, ¡es ahora o nunca! El rio de la vida sigue corriendo, sonando, cantando sus ritmos naturales, hermosos y poéticos. Nademos, sigamos la corriente. No es posible nadar aguas arriba. En nuestro recorrido vivencial hemos cometido errores y tenido falencias encontradas que han traído lluvia pasajera a nuestras vidas y podrían oscurecen las perspectivas al doblar la esquina del destino, de la vida en deficiencia, de los años que nos quedan. Somos poderosos, hay magia en nuestra mente y fabricamos milagros, portentos, maravillas de la vida y rejuvenecemos día a día. Así es, con el deseo de superar la decadencia física, desarrollamos y fortalecemos el poder espiritual que nos impulsa a superar escollos para seguir caminando por la vida. Con optimismo, fe y confianza lográremos, oh prodigio, el “Otoño Sostenido”, un jardín de primavera y un alma florecida, de cara al sol, exhibiendo una sonrisa y cantándole a la vida. Y, si la fuerza nos fallare, pues seguiríamos caminando, recurriendo a la metáfora y calzando las sandalias aladas de Mercurio para aliviar la carga de los años que han pasado y continuar caminando, caminando y volando por los senderos de la vida. Es de nobles luchar hasta el final en el torneo de la vida, lanza en ristre, escudo al frente y cabalgadura briosa y fuerte, venciendo al “caballero del mal” que nos asecha (con fines perversos), con los síntomas debilitantes de los años transcurridos. Esperamos No sentirnos solos en la “noche oscura”, buscando a tientas la esquina de la vida que nos conduzca al sendero final del recorrido. La vida social activa es medicina y caminar a diario es Vitamina, aceite lubricante articular y bálsamo reconstituyente mental y físico, es ambrosia que da vida. Ansiamos llegar al objetivo, con la amada a nuestro lado, agradecidos, complacidos, para enfrentar en compañía el tramo final de la jornada y penetrar en la dimensión espiritual de luces y luceros que nos haría sentir embelesados, alegres, iluminados y confiados, camino al cielo, al paraíso que labramos, paso a paso, cada día. ANTONIO ALJURI Octubre 2022

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