martes, 29 de diciembre de 2015

Ecos de un Evento que deberiamos celebrar con mas frecuencia

                                   CELEBRACION DE LOS SESENTA AÑOS

Cualquier evento en el que se celebren sesenta años es ya algo grande. Y más aún cuando lo que se está celebrando son los sesenta de la partida del Colegio, pues mucha historia ha pasado por el caudal de nuestras vidas durante este tiempo. De jóvenes ingenuos, soñadores, ilusos y optimistas hemos dado un salto hacia la vida para convertirnos en profesionales, padres de familia, ejecutivos, funcionarios, profesores, comerciantes etc. además de respetables ciudadanos, dada la avanzada edad en que nos encontramos.

Y de pronto se produce el milagro de poder volver a confraternizar con esos compañeros que mucho tiempo habíamos dejado de ver. Que alegría, que felicidad que goce se produce, cuando encontramos qué a pesar del tiempo pasado, están junto a nosotros esos personajes que empezaban a ser parte del recuerdo y que se han de pronto convertido en una realidad física y emocional. Abrazarlos, escucharlos y disfrutar con ellos de esas anécdotas que recordamos y que muchas veces hemos repetido, se convierten en actividades obligadas que nos   permiten regresar a ese paraíso de la juventud y de nuestras tempranas ilusiones que habíamos abandonado

Y si a esos factores agregamos lo apropiado de los ambientes escogidos para celebrar las distintas actividades, se puede decir que alcanzamos el ideal de regresar a nuestros tiempos pasados.

Esta alegría se vio empañada al enterarnos de los azares de la vida de algunos de nuestros compañeros para quienes ella no ha sido fácil, de los problemas de salud que a muchos también comienzan a afectar, de los afugios financieros que nunca faltan y en fin de todas esas tristezas que no dejan de acompañar a las vidas de todos.

Esas historias también nos pusieron de presente, la reciedumbre y la garra de algunos de ellos, que no obstante las dificultades que estaban afrontando, nos acompañaron con una sonrisa en los labios y con el cálido latido de sus corazones.

Aunque es natural, que los números sigan menguando, no por ello debemos permitir que ese entusiasmo asociado a nuestro a encuentros decaiga, para efectos de lo cual sería deseable que se repitieran nuestras reuniones acortando los plazos para ellas, digamos a cada dos o como mucho cinco años.

Les dejo a mis queridos compañeros de Bucaramanga sembrada esta inquietud. Ellos que siempre han sobresalido por su entusiasmo y su buena capacidad de gestión sabrán responder exitosamente a este reto.

Espero verlos de nuevo a todos en nuestras próximas celebraciones. Los sigo recordando con mucho afecto

Victor Gabriel Martinez Carreno

Diciembre de 2015

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