miércoles, 4 de noviembre de 2015

Discurso que pronuncio nuestro companero Victor Gabriel Martinez en la celebracion del 60 aniversario

Distinguidas damas que nos acompañan
Queridos compañeros:

Cuando hace sesenta años abandonamos los claustros de nuestro glorioso Colegio de Santander nuestra despedida tuvo el doloroso acento de un adiós. Dejar esos claustros severos y sagrados que fueron testigos de nuestras inquietudes, de nuestros esfuerzos de nuestras angustias y de nuestras alegrías no resulto fácil pues a partir de ese momento teníamos que empezar a enfrentarnos a nuevas realidades en nuestras vidas.
Es casi un milagro que después de tanto tiempo y de los múltiples caminos que todas ellas han seguido, estemos hoy aquí reunidos para recordar nuestro Bachillerato, para re editar nuestras comunes vivencias y para confraternizar con nuestros compañeros de promoción. Que grato resulta volver a encontrarse con los aquí presentes y recibir u otorgar ese abrazo del condiscípulo que por lo vigoroso subsiste através de toda lavida y que da forma a unos de los nexos más puros de la amistad.
Este es un día de grandes celebraciones  en el que además de festejar el milagro de este encuentro debemos rendir un tributo de agradecimiento a ese Colegio que tan bien nos formó  y que en sus cerca de ochenta años de existencia ha proporcionado a Santander y a Colombia muchas glorias, a los profesores que como instrumentos para la ejecución de un plan educacional de alta calidad nos comunicaron conocimientos y valores que nos han guiado por el camino de nuestras vidas y a nuestros padres que tanto se preocuparon por proporcionarnos las mejores oportunidades  de culturización que tenían a su alcance.
No en vano pasa el tiempo y por eso de ese feliz grupo de sesenta y un compañeros que el veintiuno de Noviembre de 1955 alborozados recibimos de las manos del padre Jesús Jaimes nuestros diplomas de bachilleres, doce ya han fallecido, de algunos desconocemos el camino que han seguido pues desaparecieron de nuestros radares, otros se encuentran enfermos o impedidos para acompañarnos y finalmente un grupo todavía importante hace parte de esta celebración. Rindamos un tributo de afecto a la  memoria de quienes se nos adelantaron en el camino, enviemos a los desaparecidos nuestros pensamientos y unámonos en solidario afecto  al sufrimiento de quienes se encuentran enfermos o impedidos para reunirse con nosotros. Y los que aquí quedamos y nos encontramos ahora reunidos celebrémoslo en grande porque será cada vez mas difícil que podamos seguir concurriendo a esta clase de eventos.
Formulo en nombre de todos ustedes nuestros calurosos agradecimientos a la Junta organizadora de esta reunión, en especial a los compañeros Luis Alejandro Rosales, Jorge Ladino González, Elvar Lizcano y Carlos Santander Agudelo gracias a cuyos generosos esfuerzos ha sido posible organizar este feliz evento.
Permitánme que cierre estas palabras con la lectura de una remembranza que he preparado de nuestro querido compañero Jaime Ordoñez Vazquez, ”Pillo” a quien todos recordamos con simpatía y con afecto, ahora impedido para acompañarnos y también con la lectura de un aparte de mi discurso de 1954 para despedir a los bachilleres de esa promoción cuyas palabras no han perdido vigencia no obstante los 61 años que han transcurrido desde que fueron pronunciadas : “La hora presente es confusa para el mundo entero y por lo mismo lo es para nuestra Patria.  Fuerzas y sistemas nuevos se debaten frente  a las viejas instituciones; modalidades recientes, hijas de las de las necesidades actuales,  pugnan por modificar las caducas estructuras que ya no prestan la eficacia progresiva de otros tiempos. Os corresponde, pues intervenir recia y directamente en una transformación del país, azarosa desde luego, como es todo momento de transición. Con este pensamiento como preocupación dominante, procurad por todos los medios a vuestro alcance, encaminar todos vuestro pasos no solo a vuestro provecho personal sino al engrandecimiento de Colombia, a la prosperidad de  esta amada patria que reclama de vosotros un ponderoso esfuerzo, el que habréis de realizar ciñendo todos vuestros actos a un recto criterio y a una honrada consciencia, porque si Colombia necesita hombres de poderosa y bien disciplinada mentalidad, quizá necesita mas de hombres  honrados. Así que vuestra meta se destaca con nítida claridad para que no la perdáis de vista un momento: la grandeza de Colombia”
Me despido, agradeciendo su buena voluntad para escucharme y compartiendo con todos ustedes el primer verso de nuestro hermoso himno:
SANTANDEREANOS….TAL NOMBRE ES NUESTRO ORGULLO Y BLASON


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