Nuestro companero de la Promocion Santanderinos 1955 se encuentra delicado de salud. Por este motivo, y para que todos pidamos a Dios por su pronta recuperacion, nuestro historiador de planta le ha dedicado su ultimo "perfil":
GUILLERMO
ESPINEL GARCIA
Investigador y siempre buscando interpretaciones
nuevas en muchos temas. Un poco misterioso. Dado a lo esotérico y a frecuentes
charlas sobre ello. Le gustaba la historia para adentrar en ella y ofrecer sus
interpretaciones a los hechos que la conforman. Inteligente, de mente dispersa.
Un buen comunicador que parecía a veces un sacerdote haciendo proselitismo para
su religión. Un buen amigo y un apreciado compañero, a veces tildado como un
poco lunático. No fue un estudiante sobresaliente dados sus múltiples
intereses. Era dado al comercio de pequeñas cosas. Reparaba radios y las
vendía. También hacía trueques de relojes por otra clase de mercancías. Siempre
estaba ocupado bien, en sus pequeños comercios o en la divulgación de los temas
que eran de su interés, conformando corrillos por aquí y por allá.
Aficionado al fútbol en donde se desempeñaba en el
medio campo con un juego recio y limpio. Corría los cien metros. También a
largas caminatas por caminos y bosques en las que efectuaba frecuentes paradas
para observar la naturaleza. No fue parrandero aunque tampoco se le puede
calificar de abstemio. No hizo estudios universitarios y se dedicó al terminar
su bachillerato a numerosas actividades comerciales. En la actualidad se
encuentra bastante impedido por los efectos de un galopante parkinson, que lo
mantiene recluido en casa. Por esta razón no pudo asistir a la celebración de
nuestros sesenta años de bachillerato que recientemente tuvo lugar en
Bucaramanga.
Contrajo matrimonio con Azucena Prada con quien formó
una familia de bien en donde hubo tres herederos.
Guillermo es de estatura media tendiendo hacia lo alto
y ligeramente robusto. De cara grande, con tez blanca y facciones finas en la
que sobresalen unos ojos de mirada inquisitiva y profunda. De cabeza ovalada,
de ahí su mote de “huevo”, adornada por un pelo más bien escaso con entradas,
que peinaba hacia atrás
Arcesio su padre fue un buen amigo de mi padre. Tenían
oficinas contiguas en el Edificio Paillie de Bucaramanga y ese aprecio que se
estableció entre ellos se prolongó a la siguiente generación. Te recuerdo con
afecto mi querido Guillermo y lamento las circunstancias en que te encuentras.
Victor Gabriel Martinez, Enero de 2016