Condiscípulos que nos han precedido en
el viaje final
LUIS ALBERTO BECARIA
Alto, de buena
apariencia, afable y buen conversador. Inquieto intelectualmente especialmente
en materia de Historia. Amante del ciclismo y de las caminatas. Romántico y
aficionado al baile Fue un buen estudiante.
También como todos en
su época aficionado al fútbol. Jugaba de medio.
Comunicaba bien y con
sentido del humor. Era tomador de pelo
Apreciado por todos,
Estudió Ingeniería
Civil y murió en un accidente de tráfico entre Bucaramanga y Rionegro.
SERGIO CAMARGO MOROS
Alto, buen deportista,
de actitud amable y siempre dispuesto a colaborar. Tenía un buen sentido del
humor. Lector incansable, le gustaban la música mejicana, la zarzuela y el
cine. Todos lo apreciábamos
Sobresalió por su
habilidad en los juegos de maras y en el manejo de los trompos en los cuales
era imbatible. Aficionado al ciclismo
Sergio fue un amigo
incomparable, honesto como el que más, ciudadano ejemplar y estricto cumplidor
de su deber
Estudió Ingeniería
Civil, trabajó toda su vida en el Instituto Agustín Codazzi en donde participó
en la elaboración de la carta Geográfica de Colombia. Se vinculó durante la
última etapa de su vida al ministerio de Relaciones Exteriores como miembro de
la comisión binacional creada para
definir los límites entre Colombia y Venezuela.
Un buen hombre cuya
partida lamentamos todos.
Nota.
Este perfil lo he
completado con la valiosa ayuda de Fidel Rueda
RAFAEL MUTIS RAMIREZ
Fue nuestro compañero
desde Quinto Preparatorio en 1949. Era de estatura media, pelo liso peinado con
raya hacia un lado, delgado pero con una musculatura bien formada y ágil. En
gimnasia sobresalía en los ejercicios de barras y de flexiones. Se distinguió
siempre en los estudios. Era
inteligente, metódico, estudioso, ordenado y cumplía muy bien con todas sus
obligaciones. Los profesores lo apreciaban y lo usaban como un ejemplo de buen
desempeño y de buena conducta.
A pesar de lo anterior
era sencillo, no hacia aspavientos de nada y ayudaba con gusto a sus compañeros
en todo lo que estaba a su alcance. Todos lo apreciábamos y lo respetábamos
.Fue uno de los mayores del grupo
Era bastante tímido y
esto se le manifestaba en sudor en las manos y en la parte superior del labio
que enjugaba con un pañuelo que siempre tenía a su alcance.
Nunca disminuyó en su
buen desempeño y esto le hizo acreedor al Premio del mejor Bachiller del Año,
el Epluribus Unus.
Estuvo por mucho tiempo
en el internado del Colegio puesto que su familia vivía en Rionegro. Sin
embargo en los últimos años residió en Bucaramanga.
Fue una persona de
gran honradez e integridad que siempre se rigió por muy altos valores en sus
relaciones con sus superiores y sus compañeros. Nunca hizo trampas en los
exámenes o acuso a alguien y por el
contrario siempre defendió a quienes eran objeto de burlas o de persecuciones.
Cursó Ingeniería
Mecánica en la Universidad Industrial de
Santander en donde también sobresalió como un buen estudiante y un buen
compañero.
Trabajó durante los
primeros años de su carrera en la
Sección de Mantenimiento de los Ferrocarriles en Bogotá, después se trasladó a
Cartagena para trabajar en Abocol y finalmente regreso a la Capital para
desempeñarse como jefe de Mantenimiento en
la Compañía Nacional de Chocolates. Allí durante la inspección de un
trabajo tuvo un accidente que lo hizo precipitar desde las alturas y morir a
consecuencia de los traumas que sufrió. Esto sucedió en Septiembre de 1978
cuando Rafael rondaba en los cuarenta y dos años.
Contrajo matrimonio un
poco tardíamente con una agraciada cartagenera, Angelina de la Ossa. No hubo
hijos en esta unión.
Se encuentra sepultado
en Cartagena.
Con Rafael me unieron
desde muy temprano en el Colegio estrechos nexos. Su temprana partida aun me
conmueve